Севильский озорник, или Каменный гость - страница 9
en dote la virtud, que considero,
después de la verdad, que es maravilla,
y es sol de las estrellas de Sevilla.
Ésta quiero que sea vuestra esposa.
Octavio
Cuando yo este viaje le emprendiera
a sólo eso, mi suerte era dichosa,
sabiendo yo que vuestro gusto fuera.
Rey
Hospedaréis al duque, sin que cosa
en su regalo falte.
Octavio
Quien espera
en vos, señor, saldrá de premios lleno.
Primero Alfonso sois, siendo el Onceno.w
Vanse el Rey y don Diego Tenorio, y sale Ripio.
Ripio
¿Qué ha sucedido?
Octavio
Que he dado
el trabajo recibido,
conforme me ha sucedido,
desde hoy por bien empleado.
Hablé al rey, vióme y honróme,
César con él César fui,
pues vi, peleé y vencí,
y ya hace que esposa tome
de su mano, y se prefiere
a desenojar al rey
en la fulminada ley.
Ripio
Con razón el nombre adquiere
de generoso en Castilla.
¿Al fin te llegó a ofrecer
mujer?
Octavio
Sí, amigo, y mujer
de Sevilla, que Sevilla
da, si averiguarlo quieres,
porque de oíllo te asombres,
si fuertes y airosos hombres,
también gallardas mujeres.
Un manto tapado, un brío,
donde un puro sol se esconde,
si no es en Sevilla, (adónde
se admite? El contento mío
es tal que ya me consuela
en mi mal.
Salen Catalinon y don Juan.
Catalinon
Señor, detente,
que aquí está el duque, inocente
sagitario de Isabela,
aunque mejor le diré
capricornio.
Juan
Disimula.
Catalinon
Cuando le vende, le adula.
Juan
Como a Nápoles dejé
por enviarme a llamar
con tanta prisa mi rey,
y como su gusto es ley,
no tuve, Octavio, lugar
de despedirme de vos
de ningún modo.
Octavio
Por eso,
don Juan amigo, os confieso,
que hoy nos juntamos los dos
en Sevilla.
Juan
¿Quién pensara,
duque, que en Sevilla os viera;
vos Puzol, vos la Ribera,
desde Parténope clara
dejáis? Aunque es un lugar
Nápoles tan excelente,
por Sevilla solamente
se puede, amigo, dejar.
Octavio
Si en Nápoles os oyera,
y no en la parte en que estoy,
del crédito que ahora os doy
sospecho que me riera.
Mas, llegándola a habitar,
es, por lo mucho que alcanza
corta, cualquier alabanza
que a Sevilla queráis dar,
¿quién es el que viene allí?
Juan
El que viene es el marqués
de la Mota.
Octavio
Descortés
es fuerza ser.
Juan
Si de mí
al hubiereis menester,
aquí espada y brazo está.
Catalinon
(Y si importa gozará
Aparte
en su nombre otra mujer,
que tiene buena opinión).
Octavio
De vos estoy satisfecho.
Catalinon
Si fuere de algún provecho,
señores, Catalinón,
vuarcedes continuamente
me hallarán para servillos.
Ripio
¿Y dónde?
Catalinon
En los Pajarillos,
tabernáculo excelente.
Vanse Octavio y Ripio y salen el marqués de la Mota y su Criado
Mota
Todo hoy os ando buscando,
y no os he podido hallar.
¿Vos, don Juan, en el lugar,
y vuestro amigo penando
en vuestra ausencia?
Juan
Por Dios,
amigo, que me debéis
esa merced que me hacéis.
Catalinon
(Como no le entreguéis vos
Aparte
moza o cosa que lo valga,
bien podéis fiaros de él,
que en cuanto a esto es cruel,
tiene condición hidalga).
Juan
¿Qué hay de Sevilla?
Mota
Está ya
toda esta corte mudada.
Juan
¿Mujeres?
Mota
Cosa juzgada.
Juan
¿Inés?
Mota
A Bejel se va.
Juan
Buen lugar para vivir
la que tan dama nació.
Mota
El tiempo la desterró
a Bejel.
Juan
Irá a morir.
¿Constanza?
Mota
Es lástima vella
lampiña de frente y ceja,
llámala el portugués vieja,
y ella imagina que bella.
Juan
Sí, que velha en portugués
suena «vieja» en castellano.
¿Y Teodora?
Mota
Este verano
se escapó del mal francés
por un río de sudores,
y está tan tierna y reciente
que anteayer me arrojó un diente
envuelto entre muchas flores.
Juan
¿Julia, la del Candilejo?
Mota
Ya con sus afeites lucha.
Juan
¿Véndese siempre por trucha?
Mota
Ya se da por abadejo.
Juan
¿El barrio de Cantarranas
tiene buena población?
Mota
Ranas las más de ellas son.
Juan
¿Y viven las dos hermanas?
Mota
Y la mona de Tolú
de su madre Celestina,
que les enseña doctrina.
Juan
¡Oh, vieja de Belcebú!
¿Cómo la mayor está?
Mota
Blanca, y sin blanca ninguna.
Tiene un santo a quien ayuna.
Juan
¿Agora en vigilias da?
Mota
Es firme y santa mujer.
Juan
¿Y esotra?
Mota
Mejor principio
tiene; no desecha ripio.
Juan
Buen albañir quiere ser.
Marqués, ¿qué hay de perros muertos?
Mota
Yo y don Pedro de Esquivel
dimos anoche uno cruel,
y esta noche tengo ciertos
otros dos.
Juan
Iré con vos,
que también recorreré